Oleo Stella Conde
Un tango perfuma la noche
con una viruta sentimental,
son rezongos de un fuelle soñoliento
sobre las calles empedradas
de luna y misterio, en la esquina
del bar con el farolito que parpadea
hay una lánguida nostalgia ,
allí vienen los recuerdos
de tus manos que me arrullan
en tu falda de orgulloso abuelo,
en la esquina del buzón porteño
donde subida a tus zapatos
me enseñaste el 2 x 4
al ritmo de D'Arienzo,
y por las tardecitas luego
del mate, me cantabas
“ Azabache ”
Hoy ya mujer vuelvo
al barrio que me vio crecer,
con mi pollerita de percal
y un pañuelo carmesí
te bailo y canto el compás
de la cuna de tus sones
evocándote a ti que fuiste
un milonguero del 900
de corazón compadrito
y un tango en el bolsillo.
" Dedicado a mi abuelo "
Colibrí